Iva paseando disfrutando de los 5 días de vaciones que llevaba sin entrenar. Atuendo veraniego y chanclas de playa. El atardecer teñía el cielo de pinceladas naranjas y rosas. El paseo martimo se extendia desde lo alto de la colina cual gigantesca serpiente. Había gente paseando y había runners, joggers y demás fauna correril. Había más que nunca. Y yo no podía dejar de mirarlos, de analizarlos. Calculaba los ritmos que llevaban y me imaginaba a mí mismo corriendo tras ellos. Imponía una zancada poderosa, acoplaba mi cuerpo, erguia la cabeza y les iva dando alcance a todos y cada uno de ellos. Y estos pensamientos se me hacían insufribles, la ansiedad cada vez me iva corroiendo más, me moria de envidia de verlos ahí corriendo y yo mientras tanto de paseito vacacional. No aguanto más, tengo mono de correr, o me meto una dosis de trote cochinero ahora mismo o soy capaz de atracar a un runner:
- !!Alto ahí esto es un atraco!!
- ¿Que dices? ¿Estás flipao o que?
- O me das ahora mismo tus zapas y las calzonas o no respondo de las consecuencias
- Pero si no te están buenas. Además son de la marca Kalenji.
- ¿Kalenji? Uhmmmm...... Bueno, es igual. !!Que te las quites ahora mismo!!
Ni que decir tiene que ante esta tesitura no me quedó otra que subir a casa, cambiarme y pegarme un subidon de trote cochinero que me dejó mas agusto que un arbusto.
Prometo no hacer series, ni fartlek, ni progresivos, ni cambios de ritmo. Pero o hago trote cochinero durante las vacaciones o no respondo de las consecuencias.
